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La deuda es un gran problema. Mientras que desde el punto de vista de los servicios financieros, los bancos y los especuladores, los sistemas de deuda y crédito funcionan bien para la economía, la deuda puede ser un desastre a nivel individual. Si te encuentras en una situación de endeudamiento grave y te sientes fuera de control, estos consejos pueden ayudarte a reducir tus deudas y, si eres inteligente, a dejar de endeudarte para poder ahorrar.

Antes de que esto vaya más lejos, es importante que te des cuenta de un hecho simple y brutal: si el total de tus deudas es superior al total de tus ingresos anuales, necesitas asesoramiento profesional para evitar la quiebra. Si no ve la manera de aumentar pronto sus ingresos, pida ayuda cuanto antes a un servicio de asesoramiento público de confianza.

Sin embargo, si sus deudas le pesan sobre los hombros, pero sigue ganando más de lo que debe, esta sencilla estrategia debería funcionar para liberarse de las deudas y vivir sin ansiedad financiera si se atiene a ella. ¿Ha intentado alguna vez perder peso? Sólo hay una fórmula que funciona se ponga como se ponga. Quema más calorías de las que consumes. Del mismo modo, con las deudas, primero tienes que dejar de gastar más de lo que puedes permitirte. Y luego tienes que pagar más por tus deudas de lo que te obligan tus acreedores.

Necesitarás un plan. Haz una lista de todas las personas a las que debes dinero, incluido el prestamista hipotecario, las compañías de tarjetas de crédito, las tarjetas de las tiendas, el proveedor del contrato de telefonía móvil, los servicios públicos, las tiendas locales e incluso la tía mayor que te prestó unos dólares la semana pasada. Haz una lista de todo y de todos. Ahora ordena esa lista de modo que las deudas más caras estén arriba y las menos, abajo. 

Ahora ya sabe cuánto debe, a quién y qué deudas le están costando más. Si eso te ha parecido fácil, ahora viene la parte dolorosa. Tienes que elaborar otra lista con todos tus gastos. De nuevo, inclúyelo todo, por pequeño que sea. Piensa en los pagos de la hipoteca, las tarjetas de crédito y de la tienda, los comestibles, la ropa, las tasas universitarias, las afiliaciones, las suscripciones, las licencias de televisión y de perros, el ocio, el combustible, cualquier cosa y todo.

Ahora tienes dos listas: una con lo que debes y otra con lo que gastas. Ya sabes cuánto ganas. Ahora debes hacer dos cálculos sencillos.

En primer lugar, suma el coste total de los pagos mínimos mensuales de tus deudas. A continuación, deduzca lo que gasta de lo que gana. No debería sorprenderte descubrir que gastas más de lo que ganas. Por eso estás endeudado. Si hubieras vivido dentro de tus posibilidades, no estarías en este lío. Pero ahora debes hacer algo más que eso. Debes reducir tus gastos para gastar menos de lo que ganas. Recorta todos los gastos que no necesites para sobrevivir. Sé implacable. La única forma de rescatarte de los excesos del pasado es la austeridad presente y futura.

Ahora haz tu plan. Vuelve a la lista de acreedores, ordenados según el más caro primero. El resto es sencillo. Tu deuda más cara, la que tiene los intereses más altos y el plazo más corto, debe estar en primer lugar. Tu nuevo y austero régimen de gastos significa que ahora tienes más dinero entrando cada mes del que vas a gastar. Paga la diferencia, toda ella, a la deuda que encabeza la lista. Siga pagando el mínimo de todas las demás deudas.

Sigue haciéndolo hasta que hayas liquidado la deuda de la parte superior, luego pasa a la siguiente y continúa. De esta forma, saldarás todas tus deudas en el menor tiempo posible. Recuerde, si tiene dificultades con las deudas, probablemente le ha costado años llegar hasta ahí y le llevará años volver a un estado de salud financiera.

Pero si estás luchando contra las deudas, no te queda más remedio que hacerles frente, o de lo contrario verás cómo tu situación empeora hasta acabar en los tribunales o tener que declararte en quiebra. Nunca es demasiado tarde para solucionar tu problema de deudas, por mucho que te cueste renunciar a tus lujos. Pero mantener la cabeza metida en la arena es una forma segura de empeorar una mala situación.

Recuerde que cuanto más tiempo lo deje, peor será. El mejor momento para trabajar en la liquidación de tus deudas es ahora. Así que coge un bolígrafo y un lápiz o abre una hoja de cálculo en tu dispositivo favorito, y ponte manos a la obra con tu plan. 

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