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Prestar dinero a un amigo o familiar es arriesgado. Aunque no quieras verles sufrir, siempre existe la posibilidad de que no te devuelvan el dinero. Como consecuencia, la relación puede deteriorarse. Según LendingTree, el 41% de los estadounidenses ha prestado dinero a un ser querido en el último año y el veintisiete por ciento se arrepintió de su decisión. Si alguien cercano te pide un préstamo, ten en cuenta los siguientes consejos.

 

Considere la reputación de la persona

Hay una gran diferencia entre alguien que ha pasado temporalmente por momentos difíciles y alguien que, para empezar, nunca fue bueno con el dinero. Si la persona que te lo pide ya tiene fama de ser financieramente irresponsable, ni siquiera pierdas el tiempo. Una vez que el dinero salga de tu bolsillo, no volverás a verlo. Presta dinero sólo a personas en las que sepas que puedes confiar.

 

No prestes más de lo que puedas permitirte

Sé realista sobre la cantidad que puedes prestar. No querrás dar a esa persona una gran suma de dinero y luego tener problemas para pagar tus propias facturas. Además, siempre existe la posibilidad de que no te devuelvan el dinero. Así que no le des más de lo que puedas permitirte perder.

 

Conseguir el acuerdo por escrito

La mejor manera de evitar confusiones y futuros quebraderos de cabeza es dejarlo todo por escrito. Deja muy claro que se trata de un préstamo, no de un regalo. Escriba sus nombres, la fecha, el importe del préstamo, los pagos mensuales previstos, cuándo se espera que empiecen a devolver el préstamo y la fecha de vencimiento. Sé lo más detallado posible. Si tienes previsto cobrar intereses, incluye también ese detalle en el acuerdo. Asegúrate de incluir las consecuencias en caso de impago para que todo el mundo esté de acuerdo. Una vez que empiecen a pagar, lleva un registro de cuánto han pagado, la fecha y el saldo restante.

 

No tenga miedo de decir no

No dejes que nadie te presione para hacer algo con lo que no te sientas cómodo. No estás obligado a arreglar el desastre de nadie. Si tu instinto te dice que no, escucha tu voz interior. Dile "NO" a tu ser querido y sé firme con tu decisión. No le des explicaciones porque entonces intentará hacerte cambiar de opinión. 

 

No firmar nunca un préstamo

Si alguien te pide que le avales un préstamo, es de esperar que salten las alarmas en tu cabeza. La gente sólo necesita un avalista cuando no consigue que le aprueben un préstamo por sí misma. Normalmente, es porque no tienen crédito o tienen una mala puntuación crediticia. En cualquier caso, lo mejor es decir que no. Como avalista, serás responsable al 100% si deciden dejar de pagar el préstamo. Tu crédito también se resentirá si empiezan a saltarse pagos o a pagar con retraso. Para empeorar las cosas, no podrás quitar tu nombre del préstamo. La deuda permanecerá contigo mientras la debas.

 

 

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